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ANDRÉS EGEA
Jueves, 8 de diciembre 2016, 01:12
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El UCAM perdió en la prórroga contra el Unicaja en Málaga, pero al menos cumplió con sus dos primeros objetivos a corto plazo. Lo más importante era recuperar sensaciones de equipo y de buen juego, lo segundo no perder los ocho puntos de renta que tenía tras la victoria ante el Unicaja en la primera vuelta y lo tercero ganar para asegurarse el tercer puesto en el peor de los casos. Con lo último no pudo aunque no estuvo tan lejos de lograrlo, ya que fue en la prórroga donde se dejó la victoria. Salvo en los cinco últimos minutos del primer cuarto y la defensa sobre el perímetro malagueño, el partido en líneas generales de los hombres de Quintana fue bueno. Y pese a la gran diferencia de presupuestos que hay entre uno y otro equipo, algo muy diferente hubiese sucedido si los colegiados hubiesen utilizado el mismo listón en una y otra zona. Y es que el equipo murciano lanzó dos tiros libres en la primera mitad por 12 de su rival y al final del choque fueron 22 por 6. Demasiada diferencia cuando un partido es tan ajustado y se decanta por detalles. Los tiros libres -por cierto los visitantes solo anotaron 1 de 6- y los triples estuvieron del lado local, mientras que el rebote y el tiro de dos fue para los visitantes.
Pero lo más importante es que el equipo compitió, nunca se dio por derrotado ni buscó el triple como respuesta a sus problemas en ataque o en defensa. El UCAM perdió por tres puntos, 89-86, y eso obliga a los malagueños a ganar en la pista del Zenit, que aún puede ser primero de grupo, a lograr el triunfo para superar en la tabla a los murcianos. La última palabra no está dicha porque, salvo el Buducnost en Múnich, todos se están jugando algo en la jornada del próximo miércoles.
Los dos equipos buscaron la victoria desde el inicio. Se notaba que tenían muchas cosas que decir, aunque por motivos muy diferentes. Tras el equilibrio inicial, en el que el Unicaja anotaba de tres puntos y el UCAM aseguraba de dos sus canastas, los locales tomaron el mando. El partido estaba en 14-16 después de un triple de Baron, pero entró el internacional polaco Waczynski que hizo un destrozo en la canasta visitante desde el exterior. Sin fallo se fue a los 10 puntos y colocó el marcador en un peligroso 30-20. Parecía que el partido se iba en los últimos cinco minutos del primer acto y es que nadie podía frenar al ex del Obradoiro. Y es que el problema era que el UCAM no podía defender tan abierto a los tiradores locales porque entonces eran los interiores los que marcaban la pauta. Radovic, con sus puntos en la 'pintura', mantuvo a duras penas a su equipo.
Gran defensa
En el segundo cuarto, gracias a la defensa, el UCAM Murcia comenzó a recortar las distancias. No tenía prisa y en lugar de buscar la igualdad desde el triple, que no estaba funcionando, lo hizo desde la defensa. Provocó numerosos errores de su rival en ataque y dejó en 11 puntos a los malagueños, los mismos que habían anotado 32 en los 10 primeros minutos. El partido estaba empatado.
En el tercer cuarto no sucedió nada que no fuera el desgaste de unos y otros, si bien los jugadores importantes de Óscar Quintana iban acumulando más y más minutos. En el cuarto, todo parecía perdido porque el Unicaja no dejaba el mando, pero el UCAM aguardó paciente su oportunidad. Se puso a tiro de tres y el capitán logró forzar la prórroga a 4 segundos para el final.
Y en los cinco minutos extra a los de Joan Plaza les sonrió la suerte, hasta el punto de que dos triples seguidos de Rojas y otro más de Campazzo no sirvieron para ganar, solo para mantener el 'average' particular a favor. Los puntos desde el exterior de Jamar Smith y los tiros libres anotados por Carlos Suárez dieron la victoria a los malagueños.
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