Las ordenanzas fiscales se atascan

La legislatura de Rajoy con un gobierno en minoría y condicionado por la oposición en el Congreso puede ser como la que está afrontando el alcalde, José Ballesta, que ayer recibió otro desquite en el Pleno ordinario de octubre tras verse obligado a retirar del orden del día la propuesta de ordenanzas fiscales para la congelación de tasas, precios públicos e impuestos a regir a partir del 1 de enero de 2017. Si no se aprueban se prorrogarán las de 2016, pero no se podrán poner en marcha medidas como las bonificaciones del 50% en el IBI para huertos en producción o la eliminación de la tasa de transmisión para la apertura de comercios.

Los partidos de la oposición (PSOE, Ciudadanos, Ahora Murcia y Cambiemos) no están convencidos de que sea el mejor proyecto posible, pese a que incorpora un paquete de medidas propuestas por PSOE (eliminación de copagos en servicios sociales, ventajas fiscales para parados, IBI social) y Ciudadanos (reducción del precio de escuelas infantiles), y otras aprobadas por el Pleno a lo largo de este año y medio de mandato. Es la segunda vez que el PP fracasa en su intento por colar las ordenanzas de 2017, ya que en septiembre se aprobaron en Junta de Gobierno, pero no pasaron el filtro de la comisión informativa previa al Pleno. Eduardo Martínez-Oliva, edil de Hacienda, reconoció que todos se han dejado en la negociación «pelos en la gatera», pero a este paso está por ver si al tercer asalto llegará con las uñas intactas.

PSOE y Ciudadanos anunciaron al inicio de la sesión que no iban a apoyar las ordenanzas, bajo el pretexto de que no eran las más justas para los murcianos y que no habían tenido tiempo para estudiar las enmiendas planteadas por Cambiemos -única formación que planteó la revisión global, ya que PSOE y C's negociaron directamente con Martínez-Oliva introducir medidas concretas en el texto definitivo-. A la vista de que el consenso no era posible, el alcalde retiró este asunto del orden del día. Fue después de un receso de un cuarto de hora, tras un debate sobre el procedimiento del PP para la tramitación de estas ordenanzas, que fue agriándose y subiendo de tono. Martínez-Oliva decía que las conversaciones que había tenido con los dos grupos fueron «fructuosas», por lo que no entendía los «cambios de criterio» y alertó de que no aprobarlas en octubre tendría «consecuencias imprevisibles», pero acabó convertido en la mismísima manzana de Guillermo Tell.

Errores e «infantilismos»

Mario Gómez, portavoz de Ciudadanos, fue el concejal que más se esforzó en dar con sus flechas en la diana. Lamentó la «opacidad» del titular de Hacienda, y recurrió a un informe de la Interventora General en el que hace constar la funcionaria que no ha tenido apenas tiempo en los últimos años para estudiar de forma sosegada y pormenorizada los expedientes para emitir informes al tramitarse por la vía de urgencia. Gómez espera que esto no se repita en próximos ejercicios y solicitó, al igual que José Ignacio Gras (PSOE), que se establezca un procedimiento administrativo para que los grupos conozcan las propuestas sobre las que se está negociando en cada momento y que los expedientes se envíen a la Intervención con los documentos necesarios. «Esto hace que se impida rectificar errores y atender recomendaciones en el ejercicio de fiscalización», recordó el concejal naranja.

Gras pidió que se aplazara el debate de las ordenanzas hasta poder estudiar al detalle las propuestas realizadas por Cambiemos Murcia (entre ellas, establecer una nueva tasa para compañías telefónicas, gravar más a los bancos con cajeros automáticos en la vía pública y subir el IBI a grandes fortunas como en Madrid, entre otras), y solicitó que se convoque un pleno extraordinario y monográfico en noviembre. Sergio Ramos, de Cambiemos, criticó a PSOE y Ciudadanos por negociar por su cuenta con el PP: «Es imposible saber qué parte de las ordenanzas es de unos o de otros. Lo que rogaría es que se cambie la metodología para tramitar las ordenanzas y presupuestos si queremos ser racionales y no un Consistorio oscuro».

El alcalde hizo un llamamiento a la cordura a sus compañeros de Corporación, a los que invitó a mirar lejos y a tener altura de miras, y a dejarse de «volatilidades políticas». Dijo que esto no es un juego de niños, y pidió que se ponga fin a «infantilismos» en el Salón de Plenos.

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