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Cola de vehículos para entrar al Parque Regional de Calblanque.
Vecinos de dos caseríos de Calblanque piden que n-o se les cobre por acceder a las playas

Vecinos de dos caseríos de Calblanque piden que n-o se les cobre por acceder a las playas

Los cerca de cien residentes reclaman que se les exima del pago de 4 euros que abonan los bañistas y que se instale una red de agua potable

Antonio López

Sábado, 23 de agosto 2014, 00:56

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A la falta de alcantarillado, de suministro de agua potable, de alumbrado público y de los mínimos servicios que cualquier otro vecino de Cartagena tiene, a los vecinos de Las Cobaticas y Las Jordanas se les unió en julio, la obligación de pagar por ir a la playa a la que desde siempre han accedido de manera gratuita. Desde que la Comunidad Autónoma concedió la gestión del Parque Regional de Calblanque a una entidad de custodia del territorio sin ánimo de lucro, los residentes se han levantado en armas, porque creen que es «injusto» y «desproporcionado» pagar 4 euros por entrar a una zona pública.

Los cerca de cien vecinos que se concentran allí durante los fines de semana, el verano y otras vacaciones, quieren que se les exima de pagar por acceder a la playa. «No nos negamos a pagar, pero no esas cantidades ni en esas condiciones. El dinero va a parar a un entidad de custodia que depende de personas ajenas a la dirección del parque y de la Administración regional. A todos los vecinos nos da la impresión de que actúan sin el debido control», afirmó el presidente de la Asociación de Vecinos de Las Cobaticas y Las Jordanas, José Benedicto.

Dudan de que el dinero que se recoge vaya a revertir en beneficio del Parque, algo que prometió la gestora. «Si hay excedentes, que no beneficios, se reinvertirán en su conservación», dijo a este diario el presidente de la entidad de custodia, Karl H. Bödding.

Ante las quejas de los vecinos, la Comunidad Autónoma estudió establecer unas tarifas reducidas para los residentes, pero al final se determinó, según fuentes regionales, que de eso debía encargarse la empresa de custodia. Para que finalice el plazo de pago obligado faltan tres semanas y los vecinos aún no han tenido noticias al respecto.

Polvareda de los coches

«Sufrimos las molestias de las polvaredas que levanta el elevado trasiego de coches y no disfrutamos del parque ya ni invierno, porque también en esa época hay muchas visitas», contó Benedicto. Esto ha provocado que los vecinos «ya no bajemos a la playa y nos vayamos a otros lugares a bañarnos. Nos han modificado las costumbres. Ha sido un efecto expulsión».

Desde esta asociación se está llevando a cabo un estudio para contabilizar el número de vehículos que entra al Parque Regional. Dicen que, de momento, es más alto que otros años, y que lo demostrarán al final de la época estival en un informe.

La preocupación de los vecinos es máxima, porque se consideran víctimas de esta situación. «Nos hace dudar la forma en que han actuado las autoridades», pero sobre todo nos llama la atención la «mala gestión» del Parque Regional «en los últimos años».

Pero este no es su único problemas. Llevan años reivindicando la instalación de una red de suministro de agua potable. De momento, se tienen que conformar con que Hidrogea (antigua Aquagest) les lleve cubas cada vez que lo necesitan. El problema es que, al ser verano, las solicitudes han aumentado y ya ha habido veces en las que han tenido que esperar hasta quince días.

El agua la vierten a un aljibe y con un motor la bombean al interior de las casas. Hay gente que también recoge agua de la lluvia mediante la canalización de los tejados, y posteriormente la tratan para potabilizarla. Es el caso del secretario de la Asociación de Vecinos, Pedro Gadea. «Los camiones suministran 6.000 litros por usuario, lo que cuesta aproximadamente 27 euros. Solo podemos solicitar una cuba al mes, previo pago», dijo.

Servicios públicos

Desde el Ayuntamiento recordaron que existe un proyecto de instalar el suministro de agua potable en estos caseríos, pero que de momento no se ha podido hacer nada, porque la zona se encuentra en el Parque Natural de Calblanque. Una vez que finalice la tramitación ambiental y se consigan los permisos pertinentes, habrá que dotar el proyecto de financiación.

La electricidad para los vecinos es otro de sus problemas, pero menor. Hace unos años tuvieron que pagar de sus bolsillos la llegada de la luz a la zona, que ahora está iluminada con farolas. «No es algo que nos preocupe demasiado. Los que vivimos aquí preferimos hacerlo sin contaminación lumínica», confiesa Benedicto.

Por lo que sí están enfadados es por el escaso número de veces que pasan por allí los servicios de recogida de limpieza. Eso provoca que los contenedores estén varios días hasta arriba de bolsas.

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